Tristeza.

Estaba sentada viendo por la ventana los autos que pasaban, las personas que con rapidez dejaban el alcance de su vista, veía como algunas parejas pasaban y recordaba lo que había sucedido, no lo podía olvidar, a pesar de que habían pasado algunas semanas, cada que veía a dos personas demostrándose amor recordaba el suyo, y lloraba por dentro. Todas las personas que le importaban le decían que era lo mejor, que querían verla feliz, que ya dejara de estar triste, que podía seguir sin él, pero ella sabía que no era así, lo amaba, tanto que era capaz de dejar su mundo, su vida solo por él. No sabía en que momento había cambiado todo, pero ya no estaba con él, ya no tenían una relación como a ella le gustaba, sabía que él la amaba y que no la iba a olvidar ni dejar sola, pero algo le faltaba, le daba miedo que llegara alguien, pero eso no podía decirlo, no quería que él lo supiera, aunque esperaba con ansias el día que él llegara y le dijera que volviera a ser su novia.

   Suena su teléfono y eso la desconcierta no se lo esperaba lo agarra y ve, es él, nerviosa decide contestar - ¿Bueno?- Nadie contesta, y para ella pareciera que el mundo se detiene - ¿Bueno? ¿Quién habla? - Escucha una risa.

-¿A poco no sabes?- ríe.

-Si, si sé quien es, ¿Qué sucede? ¿Porqué me marcas?-

-Nada, ¿qué no te puedo hablar? - ella ríe, le encanta su humor.

-Si, si, pero se me hace extraño, tu nunca me hablas- Si se habían hablado desde que él la dejo, pero ella siempre era la que le marcaba y le pedía que fuera a verla. - ¿Todo bien? - Pregunto al no recibir ninguna respuesta.

-Si no te preocupes, ¿y qué has hecho?-

-Nada nuevo, lo de siempre.- Dijo desconcertada- ¿y tú? -

-¿Ya con novio?- pregunto él celoso

-¿Tanto te importa?-

-Uhm ya entendí, no me meteré en tus relaciones-

-Bien sabes que no tengo novio- 

-¿Qué puedo hacer para cambiar eso?- 

-¿Disculpa?- Ella se imagino lo imposible, pensó que le diría que la extrañaba y que quería volver a tener una relación con ella. Sonrió y se le hizo un nudo en la garganta.

-Si, ¿qué puedo hacer para que empieces a salir con alguien? No quiero que estés triste en tu casa- Su sonrisa se borro, no era lo que esperaba.

-A eso, ahm puedes invítame tu-

-Sabes que no puedo, lo siento princesa-

-jaja ya lo sé, solo era una broma- Dijo con la poca voz que le quedaba.

-Me tengo que ir, hablamos después si?- le dijo tiernamente, él sabía cuanto le dolía a ella, y realmente él no quería que ella saliera con nadie, pero quería que fuera feliz, con quien sea, pero quería verla feliz.

-Si después, adiós- le dijo con voz llorosa

-Oye.. te amo... adiós-

-Yo también- Y él colgó, dejando esas palabras en su mente para alegrar su corazón, nada le hacía más feliz que escuchar que ella le amaba. Y ella con esa ilusión destrozada, un nudo en la garganta y lagrimas derramándose en sus mejillas se quedo viendo como atardecía.