Miedo.

Si me pasa algo, tengo miedo. No sé porque de repente me inundan los miedos, sé que tu no sabes que se siente, pero a mi me inundan. ¿De qué tengo miedo? Bueno veras, te estoy abriendo las puertas (por cursi que suene) de mi corazón, de mi interior, te estoy enseñando un lado de mi que realmente son contadas las personas que lo conocen, te estoy dando a conocer mi vulnerabilidad, mis debilidades, incluso te estoy dando mis miedos. En pocas palabras las herramientas para destruirme si lo quisieras. Y se que el amor es así, de arriesgarte. Tal vez y es que todo esta pasando rápido que ni cuenta me doy de las cosas. No sé, solo tengo mucho miedo.

Sé que la gente la mayoría de las veces piensa que soy muy fuerte, que realmente no se me rompe el corazón fácilmente, pero te puedo decir que tengo el corazón muy frágil. No soy nada fuerte como la gente piensa, solo no soy de las personas que se dejan ver cuando están quebrados. Tengo miedo porque te estoy dando todas las herramientas para destruirme con la esperanza de que no lo hagas.




Y sé que el que no arriesga no gana, pero no sé si estamos arriesgando por igual.




“Pero la vida siempre nos rompe el corazón. Por mucho valor, sangre fría y humor que uno acumule a lo largo de su vida, siempre acabará con el corazón destrozado. Y entonces uno deja de reírse. A fin de cuentas ya sólo quedan la soledad, el frío y el silencio. A fin de cuentas, sólo queda la muerte.”

— Michel Houellebecq

“No sé cuánto podré esperar porque el tiempo mío también cuenta; sé que los corazones giran, que a veces todo se complica en la mente: la mente es capaz de crear sus propios enigmas con la sola intención de atormentarse.”

— Efraim Medina.


“Estoy enamorada de tu mente. De la manera en que juegas con la mía. De cómo me descubres. De cómo sabes que me desarmo fácilmente, de cómo me intentas volver a armar.”